Gilberto Guardiola
When my father was alive, he was a renowned artist who excelled as both a singer and an accordion player. His talent drew in countless fans that would follow him wherever he performed. As a child, I had the privilege of accompanying him and my older brother to some of his shows. Unfortunately, when I was five and my brother was six, our parents separated and eventually divorced. Despite this, my father remained committed to us and his music career.
As I grew older, my father tried to teach me how to play the accordion, but I was more interested in pursuing a career as a DJ. However, the love for music that he instilled in me never faded, and I always held a deep respect for his artistry. Whenever my father had the chance to visit us in Dallas, TX, he would take us out to eat and regale us with stories of his travels from town to town, city to city, and state to state.
Now that he is no longer with us, I regret not spending more time with him and not taking the opportunity to learn the accordion from him. Nevertheless, I hope that one day I can follow in his footsteps and become one of the world’s greatest singers and accordion players, as the music he shared with us will always remain in my veins.
Cuando mi padre estaba vivo, era un artista renombrado que destacaba tanto como cantante como acordeonista. Su talento atraía a miles de fans, quienes lo seguían a dondequiera que se presentara. Como niño, tuve el privilegio de acompañarlo a él y a mi hermano mayor a algunos de sus espectáculos. Desafortunadamente, cuando tenía cinco años y mi hermano seis, nuestros padres se separaron y finalmente se divorciaron. A pesar de esto, mi padre se mantuvo comprometido con nosotros y su carrera musical.
A medida que fui creciendo, mi padre trató de enseñarme cómo tocar el acordeón, pero yo estaba más interesado en seguir una carrera como DJ. Sin embargo, el amor por la música que él me inculcó nunca desapareció, y siempre tuve un profundo respeto por su arte. Siempre que mi padre tenía la oportunidad de visitarnos en Dallas, TX, nos llevaba a comer y nos contaba historias de sus viajes de ciudad en ciudad, de estado en estado.
Ahora que ya no está con nosotros, lamento no haber pasado más tiempo con él y no haber aprovechado la oportunidad de aprender a tocar el acordeón de su mano. No obstante, espero algún día poder seguir sus pasos y convertirme en uno de los mejores cantantes y acordeonistas del mundo, ya que la música que compartió con nosotros siempre permanecerá en mi sangre.
Biography provided by: Rogelio Guardiola – Son of Gilberto Guardiola